Que el Valle Gitano ha venido para quedarse y que se ha convertido en una cita obligada del verano de Sevilla con el flamenco y el cante gitano, es ya, gracias a Dios y al esfuerzo y el trabajo de sus organizadores, algo aceptado por artistas, aficionados y público en general.
Por eso mismo, en la tarde del pasado viernes 20 de junio, nuestro hermano Antonio Cortés, hijo de Chiquetete, junto a Pepe Moreno, en calidad de precursor de este Valle Gitano con aquellas noches decembrinas del Joaquín Turina que se llamaron «A compás se hace Hermandad», tuvieron a bien entregar un precioso cuadro del Señor a carboncillo, obra original del afamado artista Javier Jiménez Sánchez-Dalp, a nuestro Hermano Mayor, José Mari Flores Vargas, como cabeza de este proyecto que busca aportar dignidad y prestigio a una de las señas de identidad más importantes y reconocibles del Pueblo Andaluz y dentro de este del Pueblo Gitano Andaluz: el FLAMENCO.
Junto al Señor, en una esquinita del cuadro, se puede observar uno de los faroles que en su día regalase Antonio Cortés Pantoja para procesionar junto al Guion Sacramental de la cofradía gitana, y la rueda, símbolo reconocible y universal del pueblo antiguo que arribó desde tierras lejanas a tierras ibéricas hace ahora 600 años, para, a pesar de persecuciones, fatigas, estigmatizaciones y hasta un intento de genocidio, conseguir asentarse en la península, reivindicarse, resistir y fundar la Hermandad Sacramental de Los Gitanos para mayor gloria de Dios y mayor convivencia entre iguales.