María Santísima de las Angustias amanece hoy, jueves, entronizada en su paso de palio tras tres largos
años de añorada espera.
años de añorada espera.
Lo hace ataviada con su manto azul pavo de terciopelo bordado en oro por Carrasquilla y con su maravillosa saya de seda gris bordada en plata y sedas de colores, con el traje que llevaba Gitanillo de Triana cuando en 1931 tuvo la cogida que tiempo después le acarreó la muerte.
Fue donado a la Virgen por su madre en 1944 y se atribuye al taller de Caro la adaptación de la pieza y el bordado. Se da la emotiva circunstancia de que los descendientes de este genial Torero han donado la cuidada restauración realizada por el Taller de Cyrta.
Lleva cinturilla o cotilla a juego donada y realizada por un hermano con encaje de plata antiguo y un valioso tejido brocado en plata y sedas del siglo XVIII.
El extraordinario tocado que fue donado por la Familia Casablanca, está realizado con una mantilla del siglo XIX del encaje conocido como Gallerusa y que es una exquisita blonda de seda. Estrena puños delicadísimos de aplicación de Bruselas donados por la familia Casablanca.
Lleva pañuelo de bolillos de plata confeccionado con un corporal del siglo XIX, donado y realizado
en 2019 por un Hermano. En el destacan dos minúsculas palomas bordadas del siglo XVIII de
manufactura conventual que representan la ofrenda de la Purificación, pero este año se ha colocado
también por poner en su mano bendita de madre, el símbolo de la Paz que tanta falta nos hace.
en 2019 por un Hermano. En el destacan dos minúsculas palomas bordadas del siglo XVIII de
manufactura conventual que representan la ofrenda de la Purificación, pero este año se ha colocado
también por poner en su mano bendita de madre, el símbolo de la Paz que tanta falta nos hace.
Por eso también estrena su ropa blanca, realizada por su camarera Antonia Sánchez con un encaje de
principios del siglo XX en el que aparecen palomas, procedente de un roquete antiguo donado por
Enrique Casellas.
principios del siglo XX en el que aparecen palomas, procedente de un roquete antiguo donado por
Enrique Casellas.
A modo de toca de sobre-manto lleva una de sus más entrañables señas de identidad, que portaba
también en la icónica foto de Haretón. Se trata de una mantilla de tres picos de encaje de aplicación
de Bruselas del siglo XIX, de una belleza impactante por la delicadeza de sus motivos entre los que
destacan los claveles y las palmeras. A mediados del pasado siglo lo prestaba la Duquesa de
Peñaranda para el exorno de nuestra Titular, hasta que un año negó este préstamo a los hermanos,
dándose la anécdota de que la mandó personalmente a San Román, diciendo «no la presto más
porque ya es de la Virgen».
también en la icónica foto de Haretón. Se trata de una mantilla de tres picos de encaje de aplicación
de Bruselas del siglo XIX, de una belleza impactante por la delicadeza de sus motivos entre los que
destacan los claveles y las palmeras. A mediados del pasado siglo lo prestaba la Duquesa de
Peñaranda para el exorno de nuestra Titular, hasta que un año negó este préstamo a los hermanos,
dándose la anécdota de que la mandó personalmente a San Román, diciendo «no la presto más
porque ya es de la Virgen».
Este año de tan especial significación la porta nuestra Madre envuelta en su blancura y extraordinariamente colocada con todo el amor del mundo por su vestidor y fiel devoto Antonio Bejarano.
Lleva alhajas procedentes de su ajuar, pero destacamos las que estrena en esta salida procesional
como el magnífico broche de amatistas y brillantes donado por un grupo de jóvenes hermanos y devotos en octubre, el precioso broche de marfil donado por el grupo de hermanas y devotas
“mujeres de la Virgen” y la elegante cruz de zafiros y brillantes donada por Elisa Victoria Moreno.
como el magnífico broche de amatistas y brillantes donado por un grupo de jóvenes hermanos y devotos en octubre, el precioso broche de marfil donado por el grupo de hermanas y devotas
“mujeres de la Virgen” y la elegante cruz de zafiros y brillantes donada por Elisa Victoria Moreno.
A la izquierda de su cintura, encontramos una mariposa del siglo XIX hecha de mostacillas de
manufactura monjil, como símbolo del alma resucitada y como recuerdo a ese pasado conventual de la hermandad y a la estética de su camarín.
manufactura monjil, como símbolo del alma resucitada y como recuerdo a ese pasado conventual de la hermandad y a la estética de su camarín.
En la mano del pañuelo porta, como desde que comenzó esta pandemia, una medalla de la Virgen
de los Desamparados, como recuerdo a todos los que han perdido la vida en soledad.
de los Desamparados, como recuerdo a todos los que han perdido la vida en soledad.
También lleva su puñal de oro y el broche del Patronazgo de los Donantes de Órganos. Precisamente este año, el cirio de lágrimas de Vida que cada año alumbra su paso de palio, va acompañado en el otro costero por un cirio similar con un lema escrito como recuerdo a la querida Hermandad de la Redención que este año nos acompaña en nuestra sede canónica para hacer su estación de penitencia.
Dándose la feliz circunstancia de que no solo no le resta protagonismo al mensaje solidario de la vela, sino que lo realza y completa, porque sabemos que esas “Lágrimas de Vida “ son sin duda y con certeza, el más puro y cristalino “Rocío del Cielo”.
