Para el Solemne Quinario en honor de Nuestro Padre Jesús de la Salud se ha
levantado en el presbiterio de nuestro Santuario un altar efímero presidido por el Señor,
acompañado por la Santísima Virgen de las Angustias y San Juan Evangelista.

Viste el Señor de la Salud su túnica morada bordada a realce por el taller de Sucesores de Elena
Caro y donada en 2017 por un grupo de hermanos y devotos, reproduciendo el dibujo de Ojeda,
para devolver al ajuar del Señor la desaparecida en la quema de San Román en 1936.

María Santísima de las Angustias ha sido ataviada con saya de terciopelo burdeos, la más antigua de
su ajuar, atribuida a Ojeda y bordada en 1893 con motivos románticos semejantes a la túnica del
Señor . El manto es de terciopelo negro bordado en oro en 2003 por Fernández y Enríquez. Lleva
también tocado de seda cubierto por un valioso encaje antiguo de malla bordada de oro, de notable
ejecución. El pañuelo es de encaje francés antiguo de plata y los puños del mismo tipo pero en oro.
Porta también un fajín realizado en 2003 con brocados en oro y plata del siglo XVIII, donados por
un sacerdote devoto de la Virgen de las Angustias, al igual que el magnifico brocado de seda rosa
que predomina, también del XVIII, procedente de una casulla cuyo color litúrgico se utiliza
precisamente este domingo de función Principal, conocido como domingo de Laetare ,es decir de
alegría, en el que el morado de cuaresma se alivia y suaviza un poco con el rosa por la Pascua que
se acerca.

En el ático del altar se ha simulado un baldaquino que alberga una imagen de la Inmaculada
Concepción dogma del que hacemos pública creencia y confesamos en la Protestación de fe.

Todo ello rematado por un pabellón con su gran corona real, a la que se le ha colocado debajo un
paño portugués del siglo XIX bordado en aplicación, que ha sido adquirido por la Hermandad.


Bajo nuestros Titulares, un bosque de velas colocadas sobre vistosos candeleros de madera
dorados, hasta llegar al banco del altar que es presidido por el Crucificado, que ha sido colocado en
un espléndido manifestador de madera dorada, con talla estilo rocalla del siglo XVIII y que se ha
adquirido con los donativos que el equipo de priostía ha conseguido, sorteando un cuadro donado
por su autor, labor en la que están participando varias hermanas y hermanos a los que agradecemos
su entrega.

Enmarcándolo, los cuatro preciosos ángeles mancebos del paso del Señor obra de Francisco Buiza.

En el frontal unos paños del siglo XIX de tisú de oro bordados en oro y seda, del mismo siglo y
material es el de la mesa de altar, ambas cosas pertenecientes a nuestra Hermandad. Rematando en
las credencias, dos magníficos candelabros florales de siete brazos realizados en bronce dorado del
siglo XIX adquiridos por la Hermandad.


Tanto estos candelabros, como el paño de la corona y el espléndido manifestador, se estrenan en
este Quinario y forman parte del compromiso de adquirir enseres y enriquecer el patrimonio del
ajuar litúrgico de la Hermandad, para realzar en la medida de nuestras posibilidades los cultos
internos de Nuestros Titulares.


El exorno floral consta de rosas, jacintos, iris, calas, claveles, etc. todo en tonos rojos y morados.

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