Hoy es 4 de mayo, una fecha señalada en el calendario de la Hermandad Sacramental de Los Gitanos, pues celebramos la Festividad del Beato Ceferino Jiménez Malla, «El Pele». El primer gitano beatificado por la Iglesia Católica.
Habitualmente, en este día celebramos una misa en su honor. Sin embargo, este año, debido a la situación actual en la que nos encontramos de confinamiento, es imposible celebrar la misma de forma física en nuestro Santuario.
Pero ello, no nos va a impedir, que desde casa tengamos ese recuerdo especial al Beato Ceferino siguiendo la celebración de la eucarística que don Francisco José Blanc Castán presidirá desde Santa Catalina, a las 20:30 horas, y que podrá verse, vía streaming, en YouTube. (Se pasará enlace al directo en cuento esté disponible)
No obstante, se informa a hermanos y devotos que el próximo viernes 15 de mayo, en nuestra Misa de Hermandad que si Dios quiere, y aunque con las restricciones propias de la fase 1 de la llamada desescalada, celebraremos físicamente en el Santuario, se dedicará especialmente a Ceferino Jiménez Malla, conmemorando así el XXIIIº aniversario de su beatificación.
Más información sobre «El Pele»
Ceferino Jiménez Malla nació en Fraga (Huesca) el 26 de agosto de 1861. Su vida fue una constante de defensa de su condición y costumbres gitanas y de su bondad para con todas las personas independientemente de su nacimiento.
Respetado y querido por todos, hombre devoto del Santo Rosario, perteneció a la adoración Nocturna, Jueves Eucarísticos, Conferencias de San Vicente de Paúl y la Orden Tercera Franciscana. Le gustaba dedicarse a la catequesis de los niños, a quienes contaba pasajes de la Biblia y les enseñaba, por igual, las oraciones y el respeto a la naturaleza.
A finales de julio de 1936 fue detenido y condenado a muerte en Barbastro por defender a un sacerdote que era arrastrado por las calles para ser llevado a la cárcel. Sufrió un martirio con el rosario entre sus mano, sin renunciar a su fe católica y gritando ¡Viva Cristo Rey!
El 4 de mayo de 1997, estando en el pontificado de Juan Pablo II, se Beatificó a Ceferino Jiménez Maya, El Pele, convirtiéndose en el primer gitano que beatifica la Iglesia Católica. Con motivo de esta efeméride, el Señor de la Salud, fue trasladado a la Catedral de Sevilla para presidir la misa que como acción de gracias, por tan singular hecho, organizase la Diócesis de Sevilla y la Pastoral Gitana de la ciudad.
El Beato Ceferino supo sembrar concordia y solidaridad entre los suyos, demostrando que la caridad de Cristo no conoce límites de razas ni culturas. Hoy, El Pele, intercede por todos ante el Padre común, y la Iglesia lo propone como modelo a seguir y muestra significativa de la universal vocación a la santidad, especialmente para los gitanos.