Queridos hermanos,

Me dirijo a todos ustedes en este día gris de invierno donde la primavera, que estamos tocando con la yema de los dedos, parece que se resiste en llegar, donde las últimas lluvias han desprendido el azahar de los naranjos y han dejado sin olor las calles y las plazas de nuestra Sevilla. Un día donde la responsabilidad que todos tenemos como ciudadanos de este país nos obliga a estar confinados en nuestras casas, pero que por otro lado, nos permite compartir tiempo con nuestra familia, en la intimidad de nuestros hogares. Siempre en beneficio de la salud pública y con el objetivo de que, con la colaboración solidaria de todos, podamos erradicar lo antes posible, ese coronavirus que se ha instalado en este país.

Estamos viviendo una situación que a veces puede llevarnos a cuestionarnos si es ficción o realidad, y precisamente, hoy, es un día donde sentimos más si cabe la ausencia de la cercanía física del Señor y de la Virgen, porque hoy anuncian los carteles que comienza el Solemne Quinario en honor a Nuestro Padre Jesús de la Salud. No estaremos allí pero a través de las Redes Sociales rezaremos unidos el ejercicio de Quinario todos los días.

Viviremos sin duda una Cuaresma distinta, por eso aprovecho este momento de reflexión para alentar y recordar, que ahora más que nunca tenemos que abrazarnos a la Cruz del Señor. Tenemos que seguir sus pasos como los siguió Sevilla entera el pasado 2 de marzo, hace tan solo quince días. ¡Quién nos iba a decir a nosotros dos semanas atrás lo que cambiaría nuestras vidas!

Esa inolvidable jornada, Sevilla entera se echó a la calle para encontrarse con el Señor, para pedirle la Salud que tanto necesita el mundo en estos momentos, Salud para los que sufren esta enfermedad y cualquiera otra, así como Fuerza y que no decaiga la Fe en aquellas personas que trabajan para paliar los efectos de esta enfermedad: sanitarios, fuerzas de seguridad, trabajadores que nos abastecen de los productos y servicios necesarios a diario,… así como no olvidar también a todas aquellas personas y empresas que están sufriendo directamente los efectos económicos derivados de esta crisis, que el Señor interceda por todas, y que ilumine siempre el camino y las decisiones que están tomando y tienen que tomar los dirigentes de este país, para que siempre sean las más oportunas y acertadas posible.

Hoy más que nunca los hermanos de Los Gitanos tenemos que tener claro que «Tu Salud es nuestra Salvación» que sea un grito en silencio de todos nuestros hermanos que nos ayude a pasar este desierto y así, aferrados a la Fe pasaremos estos difíciles momentos. Cuando nos flaqueen las fuerzas repetiremos una y mil veces esta frase, en la intimidad de nuestras casas y en lo privado de nuestros hogares, como mensaje de esperanza.

Un año distinto en el que no realizaremos nuestra estación de penitencia, pero que si viviremos intensamente la Semana Santa, lógicamente de una manera distinta, no sabemos aún si con la cercanía y presencia de nuestros Sagrados Titulares o en la intimidad de nuestros hogares. En cualquier caso, debe ser un momento para dar testimonios de fe y de cofrades comprometidos como hermanos de una Hermandad que sabe mucho de superación de situaciones adversas a lo largo de su larga y dilatada historia, como difícil es el momento que estamos viviendo todos, pero que a buen seguro vamos a superar.

Sigamos rezando en casa, en familia, unidos, “Tu Salud es Nuestra Salvación”, sin perder la guía de Nuestra Madre, Ella, ejemplo de fe y tesón, quien calmará las Angustias.

Me despido de todos vosotros con el abrazo de un hermano que os lleva en el corazón, y de forma muy especial a nuestros hermanos veteranos, a los que tanto debemos y que tanto le dieron a esta gran Hermandad, al igual que los que se fueron a vivir a esa eterna Madrugá del Reino de los Cielos. Siempre, desde la plena convicción de que nuestro testimonio de Fe y Esperanza, aliviará las Angustias de tantos hogares, y la falta de Salud que hoy demanda y pide a gritos nuestra sociedad.

Dentro de poco, Dios va a querer, que lo que estamos viviendo en estos momentos sea solo un recuerdo. Volverá a florecer una nueva primavera que a buen seguro vendrá a quedarse a vivir con nosotros toda la vida. Aquí estaremos esperándola para llenar de vida todas las calles, las plazas y los parques, y volvamos a vivir esa Madrugá con la que soñamos todo el año todos los hermanos de Los Gitanos, seguiremos dando ejemplo de fe y de devoción a nuestra Bendita Madre de las Angustias y seguiremos abrazándonos a la Cruz de Nuestro Señor, aferrándonos
a nuestra plegaria e íntima oración por nuestros hermanos y por el mundo entero, porque….Tu Salud es nuestra salvación #YoRezoEnCasa

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