Me dirijo a todos mis hermanos y hermanas en esta Madrugada tan diferente, tan especial, tan extraña…

Hoy las puertas de nuestro Santuario deberían abrirse para que nuestro Señor y su Bendita Madre salieran por las calles de Sevilla para llevar la Salud a todos los rincones de esta ciudad. Sin embargo, la responsabilidad que todos tenemos como ciudadanos de este país nos obliga a estar confinados en nuestras casas.

 

Hoy es un día donde sentimos más que nunca la ausencia de la cercanía  del Señor y de la Virgen y donde intentaremos, dentro de lo que cabe, estar más cerca de Ellos.

 

Pero mi mensaje no quiere ser, ni muchos menos, un mensaje de tristeza. Mi mensaje quiere ser de esperanza, por eso os invito a abrazarnos, más que nunca, a la cruz del Señor para que salgamos reforzados en nuestra Fe después de esta dura etapa de nuestras vidas que nos ha tocado vivir.

 

Lo que también quiero trasladar hoy, a todos mis hermanos, es que la Hermandad de Los Gitanos, a pesar de ello, seguirá saliendo todos los días a la calle. Y ¿cómo? pues a través de los hermanos que salimos a aplaudir a esas personas que hacen posible que todo funcione a pesar de las grandes limitaciones que tenemos.

 

Y sale también a la calle, cuando, gracias a vuestra participación y colaboración con la Acción Social de la Hermandad, podemos llevar alimentos y artículos de primera necesidad a esas personas que no tienen nada y que más necesitan de nuestra ayuda y de nuestro calor. Claro ejemplo es la gran aceptación de la propuesta «Cofradía Solidaria de la Hermandad de Los Gitanos» compuesta por un único tramo, donde no importa el número ni tan siquiera la pertenencia a nuestra Hermandad, pues tiene cabida todo el que quiera aportar su granito de arena para atender a las personas más desfavorecidas.

 

Así queridos hermanos, atendiendo a las palabras del Papa Francisco en su homilía del pasado Domingo de Ramos en la que nos decía que «…la vida no sirve, si no se sirve» o… que debemos pedir «la gracia de vivir para servir», conseguimos, cada día, echar nuestra cofradía a la calle.

 

Pido además a todos mis hermanos que sigamos diciendo a diario que «Tu Salud es nuestra Salvación», frase que sin darnos cuenta está siendo clave en estos difíciles momentos y que debemos repetir cuando sintamos que nos faltan las fuerzas para seguir hacia adelante.

 

Son momentos para la reflexión, para la oración en la intimidad de nuestros hogares, así que recemos por nuestros hermanos; por todos los que están sufriendo las consecuencias de esta pandemia  o cualquier otra enfermedad y se encuentran en el lecho del dolor o en la cama de un hospital; por las personas que viven en situación de exclusión social; por quien no tienen nadie quién les rece…

 

Vamos a acordarnos de nuestros hermanos que se fueron a vivir con Ellos y que tanto, y tanto, le dieron a esta Hermandad, para ser lo que es hoy en Sevilla, esta gran Hermandad de Los Gitanos. Es el momento de estar más unidos que nunca, en comunión con nuestros hermanos bajo la protección de nuestro Señor de la Salud y de Su bendita Madre de las Angustias.

 

Esta Madrugá no voy decir «¡Qué se abran las puertas de nuestro Santuario!» pero sí voy a pedir que abramos las puertas de nuestro corazón, que será por donde este año pase nuestra cofradía. Y siempre con el convencimiento de que TU SALUD ES NUESTRA SALVACIÓN.

 

José Maria Flores Vargas

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